Itinerario de viaje #milenialstrotamundos.

Estamos a punto de salir, faltan algunos días, la fecha está cada vez más próxima, el nervio de saltar al vacío se hace presente, algo por encima del hombro me dice que me retraiga que no deje el poco seguro que tengo entre mis manos por el mucho ganar incierto que está como pez en el agua, salmón saltarín y yo un oso que que lo quiere pescar.

Mi ruta está fijada con coordenadas hacia el norte, para Tijuana, una avalancha de gastos imprevistos no me han permitido ahorrar lo que yo pensaba y una llamada me ofrece una función en san Cristóbal de las Casas en Chiapas, muy cerca de Guatemala.

Lo acpeto y tengo una salida de Xalapa a San Cristóbal de Las Casas.

No tengo idea de que Chiapas es tan grande, dimensiono su territorio y todos los conocidos que deseaba visitar en Chiapas descubro que entre sus ciudades son mas de tres horas, de camino, visitaré a los más e

ntrañables y que queden cerca de la ruta a Ocozocoautla de Espinoza Chiapas, donde daré la funciónde títeres.

Tomo un autobús hacia allá, me siento entusiasmado por viajar y poder adquirir más capital para llevar a cabo mi viaje a la frontera norte donde desde que llegue planeo residir y construir una nueva vida y tomar la oferta que Tijuana me está ofreciendo.

Conocimos a Crónicas nocturnas.

Llego a los Tuxtlas donde contacto a unas amigas con quien coincidimos en tiempos pasados, como hace cinco años en Acayucan Veracruz, en la frontera con Tabasco, hicimos muy buenas migas y me insistían con que las visitara para llevarme a pasear, y vaya que cumplieron su misión, cerca de la central descubro un Italian coffee y corro a abrigarme con sus sillones y refrescarme en las cálidad olas de su wi-fi. Ahí me alcanzaron mis amigas y me llevaron a turistear por Tuxtla Gutiérrez.

Trazo de ruta para conocer talentos y foros creativos.

Después de tomar potzol, una bebida tradicional de Cacao y comer tacos de cochi, conocí el mirador, mientras paseaba ya atendía por teléfono algunas llamadas de Puebla y ciudad de México en entrevistas de radio que me preguntaban sobre la ruta que estaba emprendiendo, repetir la información al teléfono hace que se me acelere el corazón, compartir mi proyecto por teléfono desde Chiapas, al distrito federal (Me niego a decirle CDMX) y ahí al mundo, cada palabra que digo me hace sentir que debiera atender el llamado que el norte tiene para mi como canto de sirena.

Di la función en Ocozocoautla de Espinoza Chiapas ese lugar de nombre extraño, que la misma gente para facilitar las cosas le denominan Coitia, un pueblo enclavado en la sierra chiapaneca donde sufro como Magdalena por no tener señal de datos.