¿El arte una mercancía? ¿Mercenario del arte? ¡Nunca jamás!

Seguro has escuchado a menudo o tú mismo has elaborado la frase “está vendiendo su arte, eso está mal”

Sí, y no está bien vender tu arte, pero hay modos y formas de hacerlo.

Modo equívoco:

Renuncia a todas tus pretensiones artísticas para realizar un trabajo que alguien te pida y te exija demasiado hasta que no reconozcas ese resultado final como tuyo y realizar ese trabajo creativo lo odiarás tanto que llegará a ser una tortura para ti realizarlo, o llevarlo a cabo.

Modo asertivo:

Acepta que tu producto es un servicio que está curando una necesidad o dolencia de la personas que consumen tu producto creativo, concilia tu interés creativo con lo que busca tu cliente o dedícate a buscar a la gente adecuada que pague por tu producto sin que merme en ello tu labor creativa.

¿Quién dijo que el arte se podía prostituir?